jueves, 21 de julio de 2016

Parque Natural Doñana

Doñana es un complejo mosaico de paisajes que se derraman formando un horizonte llano, limpio, un paraíso para las aves en el humedal más importante de todo el continente europeo.
A caballo entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, Doñana es hoy un laberinto de tierra y agua que da forma a marismas, lagunas y caños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados espectaculares. Bonanza, Gallega, Ribetehilos o El Lucio del Cangrejo son claros exponentes de los complejos lagunares que dominan este espacio natural dando cobijo a miles de aves.
Entre los variopintos paisajes que también forman Doñana, destacan el sistema de dunas en movimiento que discurre entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir, más de 25 kilómetros de playa virgen y arenas blancas; la duna fósil del Asperillo, con más de 30 metros de altura; o, ya en la playa, el acantilado del mismo nombre formado por areniscas entre naranja y ocre debido a las aguas ricas en óxido de hierro que manan por los chorritos.

Información general

Extensión: 54251 Hectáreas Fecha de declaración: 28/10/1969 Unidades ambientales:Litoral Atlántico Andaluz Rutas:Huelva por la TransAndalus, Ruta del Vino y el Brandy Marco de Jerez
Marcas de calidad:Carta Europea del Turismo SostenibleReserva de la Biosfera

Fauna y flora

Mientras que en los complejos lagunares dominan plantas adaptadas a este hábitat -carrizo, enea, junco de bolitas y bayunco-, según nos alejamos van apareciendo otras especies vinculadas a la vera o a los cauces fluviales. En las primeras domina el alcornoque junto a una cohorte formada por madroño y mirtos, entre otros; mientras en los segundos el sauce sanguino, un endemismo del Terciario, forma verdaderos bosques cerrados junto a helecho real, fresno, álamo blanco, zarzaparrillas, madreselvas,… El encuentro de ecosistemas tan diversos es factor principal para que Doñana se constituya como un verdadero paraíso para las aves, pues cuenta con la presencia de más de 120 especies que tienen como mayor exponente las llamadas pajareras: una verdadera explosión de sonido, color y vida.
En cotos y corrales los suelos estabilizados permiten la existencia de espléndidos bosques de pino piñonero, como Coto del Rey, El Abalario o el Pinar de la Algaida, que comparten hábitat con el llamado monte negro -mirto, lentisco, jaguarzo morisco, etc- y blanco -romero, tomillo, lavanda, jaguarzo blanco y amarillo- según se transita de suelos más húmedos y bajos a otros de mayor altitud y aridez. Aquí se cobijan dos de las especies más valiosas, lince ibérico y águila imperial, pero también otros mamíferos, reptiles y aves.
Estabilizando las dunas y en la costa aparecen plantas que soportan una mayor aridez y el azote de viento, arena y sal, también llamados bosques despeinados, como camarina, sabina, clavelinas y barrón.

¿Qué hay cerca?


Qué hacer

La suma importancia ambiental de este territorio condiciona la calidad de la experiencia. La amplia red de senderos existente proporciona una herramienta excelente para conocer las virtudes del espacio protegido, ya sea mediante senderismo o cicloturismo. Así, puede acceder a excelentes bosques de ribera a través del sendero del Acebrón, avistar aves siguiendo el itinerario de La Rocina, que posee observatorios para este cometido, o realizar cómodas rutas ciclistas, como la que recorre Matalascañas o la que nace en el poblado forestal de Cabezudos. Por otra parte, la oferta para observar la avifauna, con o sin guía, es más que sobresaliente.
Otras opciones más elaboradas y bajo control de la administración del espacio protegido, son la posibilidad de realizar rutas en todo terreno con guía intérprete, conociendo tanto el patrimonio natural como los usos tradicionales -apicultura, usos forestales, pesca, caza o carboneo-, que permite apreciar algunos boliches y chozos de carboneros y algún que otro poblado forestal que salpica el territorio -Bodegones, El Abalorio o Los Cabezudos-.
Asimismo, puede navegar en el Buque Real Fernando, que se desplaza por el Guadalquivir desde Sanlúcar. Otros recursos más que singulares son la “saca de yeguas”, que anualmente se viene desarrollando en Almonte desde hace más de cinco siglos; la casa palacio del Acebrón, que da cobertura a las vivencias cotidianas de este espacio natural, con especial dedicación a la romería de El Rocío, la más importante de la Península;  o las torres almenaras de la costa, como las de Carboneros, Zalabar y Pico del Loro, todas ellas construidas en el siglo XVI como defensa de piratas y corsarios.
Deportes:Actividades ecuestres, Kitesurf, Orientación, Piragüismo, Vela, Vuelo en globo, Vuelo libre, Windsurf, Bicicleta de Montaña, Surf























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